sábado, 25 de noviembre de 2006

Cambiando costumbres para adelgazar

Un profesor norteamericano anunció días atrás que el buen método para adelgazar no es el de comer alimentos de bajas calorías ni el de prohibir comer alimentos ricos en transgrasa, sino el de encontrar el “convencedor oculto” para la alimentación, razón por la cual tan sólo el cambio de ciertas costumbres de alimentación podrá surtir el efecto de adelgazar.

La investigación del profesor de nutrición de la Universidad Cornell Brian Wansink tiene por objetivo revelar los factores ocultos que influyen en la cantidad de alimentos ingeridos por el hombre. Wansink dio un ejemplo en un nuevo libro en el sentido de que si los caramelos son de diversos colores, la gente los coge más para comer; también hay factores más delicados como el ambiente y el estado de ánimo del momento.

La investigación y la experimentación

¿Por qué el ser humano come más de lo que se da cuenta? “La respuesta no reside en el cálculo de calorías, ni en la legislación para prohibir el consumo de transgrasa, sino en qué grado el ser humano puede cambiar sus costumbres alimentarias,” dijo Wansink al ser entrevistado por la Associated Press en el Laboratorio de Alimentos y Marcas del recinto universitario de Nueva York del norte de la Universidad Cornell.

Wansink, responsable de este laboratorio, ha diseñado el principal cuarto como una cocina, en el cual están instalados una mini videocámara, un espejo de cristal de doble sentido y una balanza de alimentos escondida bajo un trapo. Este arreglo sirve para crear un ambiente de hogar, de manera que el investigador pueda observar oculto las costumbres alimentarias de la persona investigada.

En un experimento hace pocos días, Wansink se ponía cerca del espejo de cristal de doble sentido y, cuando el investigador Colin Payne iba a servir los alimentos a la persona observada y se acercaba a ésta, Wansink tosió hacia la bandeja con alimentos.

La tos fue una acción cuidadosamente arreglada, con miras a obligar a la persona en cuestión a pedir alimentos de nuevo y, en esta ocasión, se los ofreció en una bandeja ligeramente más chica. Con esto Wansink pensaba comprobar si esa persona separaba menos alimentos de la bandeja y el resultado fue precisamente así.

Métodos como éste son generales en la experimentación de Wansink. Este también diseñó alguna vez un experimento con un tazón de sopa que podía ser rellenado automáticamente, es decir, cuando la persona observada tomaba sopa de tomate del tazón, se lo rellenaba con una bomba desde debajo de la mesa. Pensaba ver si esa persona dejaba de tomar sopa cuando veía que el tazón no se vaciaba. Como resultado, algunas personas tomaron más de un litro de sopa.

En otro experimento realizado en la filial de Champagne de la Universidad de Illinois, Wansink dijo a la mitad de los comensales que el vino tinto que tomaban provenía del estado de California mientras dijo a la otra mitad de los comensales que el mismo vino provenía del frío estado de Dakota del Norte. Resultó que los comensales que creían que tomaban “”vino de Dakota del Norte” comieron relativamente menos y abandonaron temprano la mesa. Frente a los mismos alimentos y al mismo vino, las diferentes insinuaciones condujeron a resultados diferentes.

El cambio de las costumbres

Wansink señaló más aún que la gente toma diariamente 200 decisiones sobre asuntos relacionados con la alimentación y, sin embargo, la gran mayoría de las personas no se dan cuenta de esto. A criterio de Wansink, para las personas favoritas a la alimentación de moda, si cambian solamente un poco de costumbres, podrán reducir diariamente sin dolor alguno 100-200 calorías. Por ejemplo, esconder los caramelos o evitar comer alimentos de grandes paquetes, porque todo eso conduce a la gente a comer más.

Wansink propone que la gente cambie cada mes dos o tres costumbres. Por ejemplo, Wansink decide para sí mismo no comer pasteles durante un mes en lo posible?a menos que coma primero frutas y, además, ha elaborado un menú limitado para comer en los restaurantes.

El diseño creativo de Wansink para la experimentación le ha definido su posición en el nuevo terreno de investigar qué factores incitan a las personas a comer. Andrew Gail, investigador del acto de alimentación de la Universidad de Pensilvania, comentó: “El es el precursor en el nuevo dominio de investigación de cómo explicar el acto de alimentación.”

Acerca de Wanshink

Wansink tiene 46 años de edad. El rumbo de su investigación de doctorado es acción en mercado y consumo; la mayoría de los investigadores en este terreno tienen antecedentes psicológicos, pero Wansink es evidentemente diferente de los demás. Siente que su investigación cae a veces en rendijas académicas. Pero él ha aprendido a evadir los aprietos académicos y entregar los logros de su investigación directamente a los periodistas. Al recordar sus éxitos en los primeros tiempos en las revistas “Woman´s Day” y “Cooking”, exclamó: “¡Eso fue realmente magnífico!” “He decidido escribir algo sobre los logros de mi investigación de los consumidores de alimentos que se llevan,” manifestó.

Algunas obras de Wansink dirigen la punta de lanza de sus dudas contra el valor de las etiquetas de los alimentos. A sus ojos, la gente, por estar demasiado ocupada o distraer su atención, no sabe leer las etiquetas de los alimentos. Y, peor aún, las explicaciones de las etiquetas pueden dar a la gente una falsa sensación de seguridad, al igual que los comensales en “Subway” que consideran que es muy bueno comer sándwich de baja grasa, pero acto seguido van a comer papa frita y tomar gaseosas.

Cuando ingería un sándwich en el recinto universitario, Wansink no pudo sino leer las instrucciones en la envoltura de la mayonesa: “Contiene siempre cero gramos de carbohidrato”. Dijo sonriendo: “¡Me gusta esto!” Porque en la envoltura no menciona al mismo tiempo que toda esta porción de alimento contiene 10 gramos de grasa y 90 calorías.

extraido de http://spanish.peopledaily.com.cn/31615/5039147.html

1 comentario:

J Roca dijo...

En efecto, si una persona esta en sobrepeso, es debido a sus habitos. Es cuestion de analizarlos y empezar a hacer cambios. Millones de personas han adelgazado introduciendo pequeños cambios en su vida.

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